La erupción que comenzó el pasado 20 de marzo en el volcán situado sobre el glaciar Eyjafjallajoekull, en el suroeste de Islandia, emite gases de efecto invernadero y perjudiciales para la salud aunque, "de momento", están situados en niveles de la atmósfera que "ahora mismo" no afectan directamente a la población, según informó este viernes a Europa Press la vulcanóloga y jefa de la oficina del Instituto Geológico y Minero en Las Palmas de Gran Canaria, Inés Galindo.
Así, explicó que la mayoría de volcanes emite dióxido de carbono, dióxido de azufre, sulfuro de hidrógeno, hidrógeno y, entre los más venenosos, el flúor, que provoca el envenenamiento de plantas y animales. Concretamente, señaló que el sulfuro de hidrógeno puede reaccionar a la atmósfera y provocar ácido sulfídrico, que es muy perjudicial.
Galindo detalló que parecía que la erupción se iba a detener este lunes, pero el martes por la noche se empezó a registrar un enjambre de sismos o pequeños terremotos que fue aumentando progresivamente y ayer se abrió un nuevo centro de emisión desde el que salen todas las cenizas que están provocando el caos en los aeropuertos.
Precisamente, añadió que este centro de emisión, que tuvo más explosividad que los anteriores, formó una columna eruptiva, es decir una masa de gases, cenizas, partículas de rocas que ascienden a la atmósfera con la fuerza de los gases y por convección que, cuando llega a un nivel de la atmósfera en el que la densidad de la nube es igual a la de ésta, se propaga lateralmente influenciada por la dirección y velocidad del viento y cuyas partículas podrían estar "varios meses e incluso años" circulando por la atmósfera.
Asimismo, indicó que los volcanes pueden generar cambios en el clima, dependiendo de la cantidad de gases que emitan y de cómo la atmósfera asimile esa cantidad y que, de momento, se desconoce cuánto tiempo durará la erupción en Islandia. "No se puede saber si durará días o semanas, porque parecía que el lunes se iba a detener y el martes comenzó con más fuerza. Habrá que ir interpretando los datos del monitoreo", comentó.
Sobre los cambios morfológicos sobre Islandia, Galindo destacó que la isla se encuentra sobre la dorsal mesoatlántica y que está "en plena formación" ya que mantiene una expansión de varios milímetros al año que gana al mar y, ahora, debido a la salida del agua del hielo fundido mezclada con la ceniza podría ampliar la superficie de Islandia. "Ayer ya comenzaron a producirse inundaciones a ambos lados del glaciar", subrayó.
Por su parte, el presidente de la ONG Geólogos del Mundo, Ángel Carbayos, recordó que Islandia forma parte de la red de volcanes del Atlántico que para los geólogos "es un paraíso" pero que tiene el "grave inconveniente" de tener un glaciar encima. Esto podría provocar deslizamientos de agua y lodo ladera abajo, generando lahares que, como el del volcán Nevado Ruiz que explotó en 1985 en Colombia podría tener "consecuencias catastróficas".
Así, explicó que la mayoría de volcanes emite dióxido de carbono, dióxido de azufre, sulfuro de hidrógeno, hidrógeno y, entre los más venenosos, el flúor, que provoca el envenenamiento de plantas y animales. Concretamente, señaló que el sulfuro de hidrógeno puede reaccionar a la atmósfera y provocar ácido sulfídrico, que es muy perjudicial.
Galindo detalló que parecía que la erupción se iba a detener este lunes, pero el martes por la noche se empezó a registrar un enjambre de sismos o pequeños terremotos que fue aumentando progresivamente y ayer se abrió un nuevo centro de emisión desde el que salen todas las cenizas que están provocando el caos en los aeropuertos.
Precisamente, añadió que este centro de emisión, que tuvo más explosividad que los anteriores, formó una columna eruptiva, es decir una masa de gases, cenizas, partículas de rocas que ascienden a la atmósfera con la fuerza de los gases y por convección que, cuando llega a un nivel de la atmósfera en el que la densidad de la nube es igual a la de ésta, se propaga lateralmente influenciada por la dirección y velocidad del viento y cuyas partículas podrían estar "varios meses e incluso años" circulando por la atmósfera.
Asimismo, indicó que los volcanes pueden generar cambios en el clima, dependiendo de la cantidad de gases que emitan y de cómo la atmósfera asimile esa cantidad y que, de momento, se desconoce cuánto tiempo durará la erupción en Islandia. "No se puede saber si durará días o semanas, porque parecía que el lunes se iba a detener y el martes comenzó con más fuerza. Habrá que ir interpretando los datos del monitoreo", comentó.
Sobre los cambios morfológicos sobre Islandia, Galindo destacó que la isla se encuentra sobre la dorsal mesoatlántica y que está "en plena formación" ya que mantiene una expansión de varios milímetros al año que gana al mar y, ahora, debido a la salida del agua del hielo fundido mezclada con la ceniza podría ampliar la superficie de Islandia. "Ayer ya comenzaron a producirse inundaciones a ambos lados del glaciar", subrayó.
Por su parte, el presidente de la ONG Geólogos del Mundo, Ángel Carbayos, recordó que Islandia forma parte de la red de volcanes del Atlántico que para los geólogos "es un paraíso" pero que tiene el "grave inconveniente" de tener un glaciar encima. Esto podría provocar deslizamientos de agua y lodo ladera abajo, generando lahares que, como el del volcán Nevado Ruiz que explotó en 1985 en Colombia podría tener "consecuencias catastróficas".
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